Los lunes lo podemos encontrar en las oficinas de SpaceX, localizadas en Hawthorne, California, donde supervisa el diseño, la manufactura y el lanzamiento de cohetes que viajan al espacio.
Los martes y miércoles, trabaja desde Silicon Valley, donde revoluciona la industria automotriz construyendo vehículos eléctricos bajo la marca Tesla.
Los jueves y viernes regresa a Hawthorne y vuelve a enfocarse en SpaceX y sus cinco hijos, cuya custodia comparte con su ex esposa, Justine Musk.
En fin, la típica semana de Elon Musk no se parece en nada a la del resto de los mortales.
Su postura permanente de asumir riesgos, su inhumana capacidad de trabajo, y sobre todo la visión que lo empuja a explorar nuevas fronteras, han hecho de Musk una especie de superhombre, capaz de lograr todo lo que se propone, sin importar lo descabellada que puedan parecer sus ideas.
Nacido en Sur África, Musk fue siempre un joven atípico.
Su hermano Kimbal ha dicho que en su temprana adolescencia, se pasaba diez horas al día leyendo, y que en varias ocasiones se perdió en centros comerciales para luego aparecer en alguna librería, absorto en algún tomo.
A los 21 años, Musk llega a los Estados Unidos a estudiar en la Universidad de Pensilvania, donde dos años más tarde se gradúa de física y economía. A los 24, empieza un PhD en la Universidad de Stanford, que decide abandonar para emprender su primer negocio: Zip2, empresa que vende cuatro años más tarde a Compaq por la suma de 307 millones de dólares, de los cuales 22 millones terminan en sus bolsillos.
Meses después, Musk funda X.com, la cual termina convirtiéndose en PayPal, una empresa de servicios financieros que reinventa la manera en que se mandan y reciben pagos por la web. En octubre del 2002, Ebay compra Paypal por 1.5 billones de dólares, de los cuales 165 millones son apropiados por Musk.
Después de estas incursiones en el mundo de la informática, y armado de un amplio capital, Musk cambia de foco y emprende su más ambiciosa fantasía: seguir ampliando los límites del espacio y colonizar el planeta Marte.
Es aquí cuando el mito empieza a forjarse y el hombre que hoy conocemos como el más grande visionario de Silicon Valley empieza a labrar su increíble destino.
Hoy en día, los logros de Elon Musk son innumerables.
Desde lograr aterrizar por primera vez un cohete que viene de regreso a la tierra, hasta hacer públicas sus patentes en lo que concierne a Tesla y los carros eléctricos, Musk es una caja de pandora al frente de los avances tecnológicos de la humanidad.
¿Nacerá en República Dominicana el próximo Elon Musk?
En nuestro país, a pesar de la corrupción, la delincuencia y los atrasos en el ámbito educativo, existen un grupo de jóvenes que podrían convertirse en los sucesores de Elon Musk.
Jóvenes que van pavimentando el camino para el resto de su generación, inspirándonos a pensar en grande y trazando claro el mensaje de que si ellos han sido capaces de lograrlo, todos podemos redirigir nuestro destino hacia horizontes inimaginables.
¿Y quiénes son estos jóvenes a los que me refiero?
República Dominicana, les presento a Pedro Santos, Catherine Cuello y Jason Grullón
Pedro Santos, al igual que Elon Musk, siempre fue un joven atípico.
A los seis años, su padre le prestaba motores usados y Pedro los desarmaba para luego volverlos a armar, siempre dejando en ellos su toque personal. A los trece, importaba y vendía artículos deportivos, logrando a una temprana edad consolidar un exitoso negocio.
Estas dos facetas, la del científico y el emprendedor, terminaron confluyendo para convertirse en la pasión de una vida.
Luego de terminar su carrera de ingeniería industrial en la PUCMM, Pedro ingresó en la prestigiosa universidad de MIT, donde conoció a dos ingenieros que lo ayudaron a terminar de darle forma a su idea: desarrollar un mejor sistema de compresión para el gas natural.
Finalmente, el 26 de noviembre del 2009, OsComp Systems sale a la luz, empresa que coloca a Pedro a los 27 años como parte del selecto grupo de Forbes, “30 debajo de 30”.
Hoy, Pedro es uno de los líderes en el sector de transporte de gas natural en los Estados Unidos, y debido a su brillante trayectoria, es una de las mentes más capacitadas para poner a la República Dominicana en lo más alto de los podios internacionales.
Catherine Cuello es otra de nuestras más luminosas estrellas.
Luego de haber sido operada de emergencia por una serie de quistes que poblaron sus ovarios, Catherine decidió cambiar sus hábitos para vivir un estilo de vida sano, fundando en el proceso una aplicación para celulares llamada Greenhoping, que localiza negocios donde se vende comida orgánica en ciudades como Miami y Nueva York.
La noticia de su aplicación ha sido publicada en diversas revistas como Vogue, Cosmopolitan y People en español. Hace poco, Catherine fue invitada a la Casa Blanca para reunirse con la Primera Dama, Michelle Obama, bajo el amparo de la iniciativa Let’s Move, que busca combatir la obesidad. En fin, una dominicana digna de nuestra admiración.
Jason Grullón es otro de nuestros brillantes candidatos para relevar a Musk.
Después de darse a conocer por ser uno de los mochileros más veteranos de nuestro país, Jason sorprendió al pueblo dominicano al concebir la idea de Virtu, un emprendimiento con connotaciones sociales que busca empoderar a las personas que manufacturan las prendas de vestir que la empresa vende.
Hace poco, Jason lanzó una campaña de colaboración abierta bajo el auspicio de Kickstarter, la pagina web más popular para estos asuntos, y logró recaudar casi sesenta mil euros, una verdadera proeza de marketing y estrategia.
En fin, República Dominicana es una nación con la capacidad de sorprender al mundo. Nuestro país cuenta con atletas de clase mundial, escritores galardonados con todo tipo de premios internacionales, músicos cuyas obras suenan por todo el continente, y con estos jóvenes liderando el camino, pronto tendremos emprendedores de clase mundial iluminando las avenidas del futuro.
¡Visionarios, contamos con ustedes!